Si estás pensando en iniciar un proceso de venta de empresas, debes hacerte previamente algunas preguntas y, dependiendo de las respuestas de las mismas, tendrás más elementos para tomar una decisión.
¿Es un buen momento para vender mi empresa?
Si estás pensando iniciar un proceso de venta de empresas, debes analizar la condiciones del mercado, cómo está la economía, qué ciclo económico estamos viviendo, cómo está la liquidez en el mercado. Estos factores influirán en el nivel de operaciones y atractivos para invertir, ya que se tendrán más inversores o compradores estratégicos en la búsqueda de oportunidades.
Por otro lado, un análisis de la industria nos permitirá saber qué está sucediendo, ¿Existen menos barreras para que ingresen nuevos competidores?, ¿Se están realizando operaciones de venta?, si es así, la industria puede estar atravesando una fase de consolidación, es decir grupos con mayor fortaleza se encuentran realizando operaciones para consolidar su presencia en los mercados.
También puede ser que las nuevas tendencias, cambios tecnológicos, comportamiento de los clientes a la hora de compra o cambio de hábitos de consumo puedan poner en riesgo la continuidad de tu negocio. Aquí la pregunta cae por sí sola, ¿Tu negocio tiene la capacidad de reacción rápida y oportuna para mantener e incrementar la cartera de clientes? Contestada a esta pregunta y analizada las anteriores puedes identificar si es buen momento para la venta de tu compañía.
¿Mi empresa está preparada para ser vendida?
Como todo empresario, el día a día hace que no se detenga a analizar la empresa, pero si tu empresa tiene una buena evolución en lo últimos años, las cifras de ventas y beneficios son atractivas y en crecimiento sostenido, hacen que tu empresa sea atractiva para el mercado.
Sin embargo, no solo basta tener unas buenas magnitudes, el comprador o inversor analizará también si tu empresa tiene una buena división del trabajo, si cuentas con un equipo de trabajo con delegación de funciones, y que tu rol como propietario te permite ausentarte de la empresa sin el riesgo que el negocio sufra algún impacto.
También es importante contar con información contable y financiera sólida que cree confianza al lector de los estados financieros. En años anteriores hemos apreciado diversos casos de empresas cotizadas o de grandes cifras de negocios con información distorsionada, ya que registraban operaciones a su mejor parecer sin tener en cuenta las Normas Internacionales de Contabilidad o las Normas Internacionales de Información Financiera. Encontrábamos empresas que registraban activos en lugar de gastos, no registraban provisiones, no registraban deudas, se inventaban ingresos o no devengaban ingresos del periodo, estas son algunas irregularidades que hacen que la información financiera no muestre la real situación de la empresa.
También el inversor o comprador analizará si tu cartera de clientes está diversificada o se concentra en algunos clientes, con el riesgo de reducción de niveles de facturación o beneficios.
Si esta no es la situación de tu empresa, puede ser que esté preparada para la venta, así que el siguiente paso será contar con la ayuda de asesores en venta de empresas, quienes analizarán el sector, tu empresa, identificarán los potenciales compradores, prepararán todo el material de marketing necesario para salir al mercado (Memorando informativo, teaser de la operación…) y contactarán de manera confidencial con cientos de posibles compradores, para lograr el objetivo que es la venta de tu empresa.
¿Cuál es el valor de mi empresa?
Luego de analizar las anteriores preguntas y si las respuestas son positivas, el momento es favorable, y que después del análisis interno, tu empresa se ve sólida, te falta determinar el valor de tu empresa, es decir, ¿cuál es el rango de valor de tu empresa? Esta pregunta será contestada una vez que realices una valoración de tu empresa con profesionales independientes, es decir, aquí no vale el tener un amigo y que según su saber te diga un valor, o que el gestor o fiscalista te comente una determinada opinión.
La empresa debe ser valorada por un profesional con experiencia y con independencia, se debe dejar de lado el apasionamiento o lo emocional a la hora de realizar la valoración de empresas.
Para este trabajo el valorador entenderá el modelo de negocio, utilizará métodos de valoración contrastados, que le permitirán determinar una horquilla de valor de tu empresa y la capacidad de generación de flujos de tu empresa.
El resultado de esa valoración se presenta a través de un informe de valoración, documento de uso exclusivo del propietario o quién encargó la valoración, es decir, el potencial comprador no deberá tener acceso a esta información.
El comprador realizará su propia valoración y ponderará los riesgos que puede ver en tu empresa y en la operación. Por ese motivo es importante minimizar esos posibles riesgos.
¿Qué estoy dispuesto a mantener como compromiso con el comprador?
Una vez encontrado al comprador o inversor, este te pedirá ciertos compromisos como la permanencia en la empresa por un periodo de tiempo, no competencia, ciertas garantías para cerrar la compraventa de empresas, si puedes realizar tareas de consultor en la empresa para minimizar el riesgo del comprador durante el periodo de transferencia, entre otros. Contestadas estas interrogantes tendrás más claro si tu empresa puede iniciar un proceso de venta en este momento, o por el contrario, necesitas primero realizar algunas mejorar internas y tener un adecuado control y análisis de la evolución de la empresa, así como una buena información contable y financiera, que permita crear confianza al momento de llevar a cabo el proceso de venta de empresas.