Como sabemos la empresa atraviesa diversas etapas desde su fundación como la fase de inicio o arranque, crecimiento, expansión, madurez hasta el declive de la misma.

Cada fase se desarrolla en varios años, situación por la que el propietario está muy comprometido con alcanzar el siguiente escalón para su empresa.

En este esfuerzo el empresario debe estar acompañado con un buen equipo, comprometido y capaz de implementar estrategias que lleven a la empresa a otro nivel.

Para conseguir esto la empresa tiene que consolidar su posición en el mercado, incrementar su nivel de facturación, tener una cartera de clientes recurrentes, que el mercado reconozca la marca de la empresa.

Una vez conseguido esto puede dar el salto de incursionar en nuevos productos o nuevos mercados, estrategias de expansión que permitan a la compañía mejorar sus principales cifras de negocio.

Hasta ahí todo bien, pero ¿Te has preguntado si estás generando valor o si tu empresa vale más?, si ¿sería atractiva para obtener un socio o quizás vender la empresa?, ¿cómo medir ese valor creado en la empresa?

Para llegar a contestar estas interrogantes debemos analizar qué motivaciones tienes y qué estás buscando.

Una  valoración de empresas, te puede servir para medir el valor generado a lo largo de los años, hay un fondo de comercio generado y por consiguiente se debe poner en valor con todos los planes a futuro que tiene la empresa.

Por lo general el propietario de una empresa sabe cuánto vende su empresa, cuánto beneficio genera en cada año, pero no se detiene a pensar sobre el valor de su empresa.

Para valorar una empresa existen diversos métodos de valoración, sin embargo el más aceptado y utilizado por la comunidad financiera es el descuento de flujos de caja. Este método de valoración recoge el modelo de negocio así como el plan de negocios de la empresa, es decir la capacidad de crecimiento que tiene la empresa en los próximos años, así como los flujos de caja que será capaz de generar.

La valoración de empresas es una horquilla de valor, es decir nos sirve para saber cuánto pedir por una empresa. No nos olvidemos que valor y precio son dos cosas distintas, el precio es resultado de una negociación.

Si tenemos en cuenta lo señalado anteriormente, al momento de la venta de una empresa se puede obtener un mayor precio que estaría soportado por diversos factores cualitativos de la empresa. Por ese motivo una valoración de empresas es importante a la hora de realizar procesos de compraventa de acciones o participaciones, compra de empresas, venta de empresas, procesos de fusión así como en procesos de divorcio, herencia, litigios, entre otros. Finalmente, si estás pensando en valorar tu empresa pensamos que debes contar con un informe de valoración sólido, realizado por expertos en el tema y que te sirva para defender el valor de tu empresa en un proceso de negociación junto con asesores en compraventa de empresas.